Poco a poco el puerto fue quedando atrás. Barandillas, fachadas, soportales y tejados empezaron de súbito a moverse. La estatua del Sagrado Corazón se tambaleaba como un borracho colosal en la cumbre del monte Urgull. Con parecido vaivén se mecían las murallas del castillo e iban de un lado para otro los árboles, las escaleras, las bocas de los viejos cañones entre los cuales, en pasadas tardes veraniegas, habíamos celebrado nuestras urgulinas Josu Ruiz y yo. Con no menor violencia oscilaban el edificio del Náutico, las torres del ayuntamiento y la parte de ciudad que podía abarcarse con la vista.
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No bien salimos del amparo y sombra del monte Urgull, nos dio un viento recio de costado, con mucha agüilla que se levantaba de la superficie y ponía sabor de sal en los labios.
Autor: Fernando Aramburu
Editorial: Tusquets (1996)
ISBN: 978-84-7223-795-7