Abandonamos Alderdi-Eder con designio de desplazarnos hasta la tetera, nombre con que por aquella época se conocía en la ciudad a una zona de la playa donde les estaba a las mujeres permitido solearse con los pechos desnudos, razón por la cual la barandilla desde la que era posible contemplarlos constituía un lugar de continuo peregrinaje.
Autor: Fernando Aramburu
Editorial: Tusquets (1996)
ISBN: 978-84-7223-795-7