Sin comunicar a nadie su propósito convinieron en llegarse un sábado hasta la iglesia de los capuchinos, en la calle de Camino, ante cuya puerta, disfrazado con harapos, pensaba el Pulcro ponerse a mendigar. Izaskun, que le confeccionó la indumentaria de pordiosero, se dedicaría mientras tanto a sacarle fotografías. Pero al llegar al sitio, lo encontraron repleto de pedigüeños. Determinaron entonces trasladarse a la iglesia de los jesuitas, en la cercana calle de Andía.
Autor: Fernando Aramburu
Editorial: Tusquets (1996)
ISBN: 978-84-7223-795-7