A las puertas del viejo mercado de San Martín en la calle Loiola fallece la madre de Hilario Goicoechea.
El sol espléndido que lucía cuando abandoné el aula, al término del examen de latín; esa mezcla de olores rancios a algas en descomposición, a paredes húmedas, a fritos de taberna que predomina de costumbre, según creo, en el aire de las localidades del litoral cantábrico; el fragor del tráfico; un soplo de brisa; tal vez algún semblante familiar, entrevisto un segundo antes del fatal desvanecimiento: tales o muy parecidas debieron de ser las percepciones últimas de la madre en el breve lapso de su agonía sobre la acera de la calle de Loyola, rodeada de curiosos más o menos consternados al escuchar de boca de un transeúnte caritativo, quizá de un médico que pasaba casualmente por allí, que ya era inútil darse prisa en llamar a la ambulancia, que el corazón de aquella pobre señora había cesado de latir.
... y que presumo depositó una o dos horas antes de acabar sus días en un zas, caída junto al puesto de una vendedora callejera de sardinas, frente a una de las entradas del mercado de San Martín.
Autor: Fernando Arámburu
Editorial: Tusquets (1996)
ISBN: 978-84-7223-795-7